Este blog muestra reflexiones sobre el bello mundo del saber en su expresión más sublime: la educación.
(ಠ‿ಠ) ¿Será que existe relación entre felicidad y aprendizaje? (ಠ‿ಠ)
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(✯◡✯) ¿Será que existe relación entre felicidad y aprendizaje?(✯◡✯)
Pienso que así hay relación, pero primero se tendría que entender el concepto de felicidad desde los dos componentes principales de la educación: Estudiantes y docentes y sus embebidos como son las familias, las instituciones y la sociedad. Y a partir de estas concepciones se puede asociar tanto al aprendizaje como a la enseñanza el concepto de felicidad.
Pero ¿QUÉ es la felicidad? Por siglos lexicógrafos, teólogos, filósofos, científicos han, tratado de llegar a un concepto. La Encyclopædia Britannica reconoce:
“‘Felicidad’ es una de las palabras más difíciles de definir”.
Esta palabra puede significar diferentes cosas dependiendo de la “suma de operaciones mentales con las cuales los hombres interpretan la experiencia de evolución temporal de su mundo y de sí mismos de forma tal que puedan orientar intencionalmente su vida práctica en el tiempo” (Rusen, 2001, p. 58).
En palabras de Solanos (2018) “es el estado de grata satisfacción, espiritual o física. En el ámbito de las organizaciones está la emoción positiva de placer, por lo que se hace o se tiene, viene directamente relacionada con la sensación de alegría como resultado del trabajo realizado. Las personas son felices cuando sienten que su trabajo es la fuente y el origen del bienestar” (p. 7).
Entonces para saber si existe relación entre la felicidad y el aprendizaje desde la perspectiva de docentes tendríamos que indagar, el propio grado de felicidad personal de nosotros mismos al desarrollar las diferentes actividades pedagógicas en el aula.
Asimismo, revisar la didáctica aplicada para conocer sí realmente esos métodos prácticos, por los que nos estamos enfocando son los que más se ajustan a la realidad de nosotros y a la de nuestros estudiantes y sus necesidades.
Y en esta misma línea de pensamiento reconocer desde nuestra grandeza humana el grado de satisfacción que tienen los alumnos al estudiar con nosotros. Es decir, si los alumnos que estudian con nosotros son más felices de aquellos que no lo hacen. Y si no es así ¿qué estamos dispuestos a cambiar? Porque si como docentes no estamos contentos con nuestra profesión, con nuestro espacio de trabajo, con la institución, ¿cómo vamos a proyectar algo que no tenemos en nosotros mismos? Y mucho menos lo haremos en lo que nos desempeñemos.
Estar contentos con lo que somos, lo que hacemos y en donde estamos es particularmente importante cuando se asume el rol de docente. Lo que, en consecuencia, generará en quienes nos perciben emociones positivas que influirán en la capacidad de ellos de aprender. Estas emociones positivas por lo general mejoran la memoria y el rendimiento y, además, ayudarán a desarrollar la capacidad de innovación lo cual redundará en la consecución de actividades de aula más creativas.
En este sentido, las instituciones educativas también juegan un papel importante como argumentan Oswald, Proto y Sgroi (2015) que si los empleados se sienten valorados en sus trabajos son más felices y por lo tanto esto hace que sean más productivos (Easterlin, 2004). En síntesis, la felicidad hace que los seres humanos seamos más productivos y si somos más productivos desempeñaremos mejor este papel que hemos escogido de docentes.
De igual modo, sucede con los estudiantes, la felicidad es una oportunidad de aprendizaje y en este sentido es una inversión a largo plazo en lo que a educación se refiere. Porque si se abandonan los modelos cartesianos educativos anteriores y se valora en todas sus dimensiones al estudiante como ser holístico multidimensional, esta sencilla base hace que aprender cualquier cosa se convierta en una experiencia motivadora, retadora y sencilla para el estudiante.
Aunque la felicidad puede ser difícil de categorizar porque es una medida subjetiva. Sin embargo, relacionar el aprendizaje y las actividades educativas con la psicología positiva y las emociones positivas como herramientas da muy buenos resultados como lo han demostrado países como la India al instaurar en sus aulas de clase el currículum de la felicidad y Finlandia en donde la educación es felicidad.
En este sentido, se hace necesario identificar desde las políticas públicas colombianas en educación hasta las aulas de clase respetando nuestros propios escenarios culturales, sociales e idiosincrásico algunos rasgos que les han funcionado a estos países para que su población estudiantil sea feliz.
En este sentido, desde las aulas podemos aportar nuestro granito de arena a perseguir también este sistema social e implementar actividades pedagógicas para el desarrollo de la felicidad, como:
La
caja de los abrazos
Mural
de reconocimientos
Alumno
de la semana que se ha superado así mismo
Tres
cosas buenas que tengo tres cosas buenas que veo en alguien…
Periódico
escolar de buenas noticias
Hoy
te necesito, mañana tú me necesitas a mí
Estas
actividades, además de promover las emociones positivas ayudan a los
estudiantes establecer vínculos con sí mismos y además promueven la creación de
lazos sociales duraderos de cooperación y de amistad (Prada, 2005). Lo que en
consecuencia fomentará el bienestar personal y la felicidad en los alumnos porque
“si hay algo que de forma reiterada se ha encontrado relacionado con el
bienestar, es la vida social. Cuánto más rico sea el entramado de relaciones
sociales, cuantas más relaciones significativas (de apego) construyamos, más
felices seremos (Diener y Seligman, 2002, como se citó en Palomera, 2008, p.
6).
En
conclusión, la felicidad como meta y realidad educativa debe surgir del esfuerzo
continuo entre los dos componentes más importantes del sistema educativo docentes
y alumnos. Dado que los docentes deben hacer un esfuerzo consiente para ser
felices y así educar a los niños desde lo que ellos mismos son, para que puedan mejorar los
resultados educativos con calidad e innovación.
Cuando
“la educación es sistemática, continua y se ejerce desde diferentes ámbitos y
por medio de agentes significativos para el niño, es más efectiva y genera
verdadero desarrollo de competencias” (Palomera, 2008, p.11). Por tanto, se reviste
de importancia que desde las primeras etapas de la infancia se les enseñe a los
niños a ser felices dado que en esta etapa son más moldeables y sensibles a los
estímulos educativos y sociales.
Como reflexión se dejo este vídeo:
Todo lo que me enseñaron los niños. José Antonio Fernández Bravo, maestro
Solanos,
S. (2018). Claves para un desarrollo sostenible. La creatividad y el
happiness management como portafolio de la innovación tecnológica, empresarial
y marketing social. Granada: Comares.
Rusen, Jorn. (2001). Razón
Histórica. Brasilia: Universidad de Brasilia.
Nota:Todas las imágenes de este bloc no son de la autoría de quien escribe pertenecen a terceros y se respetan sus derechos de producción intelectual.
Excelente reflexión, Jaslene! Es por ahí: la felicidad trae muchos benefícios a la vida y a los aprendizajes. Pero ¿por qué será que no logramos traer este concepto para el sistema de enseñanza colombiano? Pareciera que cuanto más se sufre, mejor. ¿Qué te parece esta idea?
LA EDUCACIÓN EN LOS TIEMPOS DEL COVID-19 Sin lugar a duda, el nuevo Coronavirus SARS-CoV-2 o COVID-19 ha impactado todas las escalas sociales, políticas, financieras, tecnológicas, educativas y humanas provocando cambios en los diferentes motores de desarrollo de estos sistemas e incluso de acuerdo con la Clínica Mayo “más allá de la capacidad de afrontamiento” (2010, párr. 21). El premio Nobel de Física, Werner Heisenberg en su principio de Incertidumbre postula que entre más queremos predecir el movimiento de una variable el resultado será intrínsecamente incierto debido a que hay otros mundos, sistemas y escenarios que modifican el resultado de la ecuación. En efecto, “lo que observamos no es la naturaleza en sí misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de cuestionamiento” (Werner Heisenberg, 1901 -1976). Desde estos escenarios y en especial en el educativo esta pandemia ha producido cambios sorprendentes en la manera en cómo se adquiere el conocimiento y
Excelente reflexión, Jaslene! Es por ahí: la felicidad trae muchos benefícios a la vida y a los aprendizajes. Pero ¿por qué será que no logramos traer este concepto para el sistema de enseñanza colombiano? Pareciera que cuanto más se sufre, mejor. ¿Qué te parece esta idea?
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